Durante esta estación es muy típico que nos veamos sorprendidos por una tormenta o que no nos quede otro remedio que circular con mal tiempo. Aunque la lluvia es un obstáculo a la hora de conducir, no tiene por qué resultar peligrosa si se toman una serie de precauciones. Toma nota de estos consejos para garantizar tu velocidad al volante.
Menos velocidad y más distancia de seguridad
Ante todo, no corras. Cuanto más rápido va el coche, más incide el agua sobre el parabrisas. No se trata de llegar rápido, se trata simplemente… de llegar. Reduce tu velocidad al menos un 10%. Además, ten en cuenta que en una superficie húmeda el espacio necesario para detener el vehículo es mayor. Por eso, en caso de lluvia, conviene que aumentes la distancia de seguridad.
Cuidado con los movimientos bruscos
El mejor aliado contra la lluvia es una conducción suave y segura. Piensa que los movimientos violentos también perjudican al resto de conductores, pues les resultará más difícil percibirte (y aumentarás la posibilidad de colisión). Evita los nervios y trata de manejar tu vehículo con tranquilidad. Los frenazos, los cambios bruscos de dirección… suponen un peligro especialmente cuando las condiciones climatológicas adversas.
Precaución con el aquaplaning
Si la superficie está muy húmeda, a veces tus neumáticos no son capaces de evacuar el agua que hay sobre el asfalto. Este fenómeno del aquaplaning hace que tu vehículo se descontrole, deslizándose sobre el charco. En estos casos, si bien no puedes evitar el agua… sí que puedes reducir tu velocidad (ojo: disminuye la velocidad… ¡pero no frenes nunca!) Un frenado en estos casos resulta peligroso. Se aconseja agarrar con fuerza el volante y no alterar la trayectoria del vehículo.
Mantente siempre visible
Facilita la visibilidad encendiendo las luces de tu vehículo. Recuerda que en caso de lluvia intensa tienes que encender las luces de niebla traseras. Asimismo, presta atención a las señales luminosas de la vía: no solo hay que ser visto… también es esencial ver.
Ojo con las líneas blancas
La pintura con la que se delimitan los carriles o que se utiliza para marcar los pasos de peatones tiene un menor agarre que el pavimento. Es por ello que debes de tener cuidado y evitar –en la medida de lo posible- pisar estas líneas. Modera también la velocidad, ya que la adherencia de tus neumáticos por esas zonas es considerablemente menor.
Si conduces con prudencia y tranquilidad, la lluvia no supondrá un problema durante tu viaje. Eso sí: recuerda que el buen mantenimiento de tu vehículo es esencial para garantizar un trayecto seguro. En Talleres Jesús Miguel nos encargamos de revisar neumáticos, amortiguadores, frenos, iluminación… para que ningún aspecto de tu coche resulte un impedimento a la hora de circular con tu automóvil.